Massa vive por un milagro

Serio pero estable, calificó el estado de Felipe Massa el último parte médico emitido por los doctores que lo asisten en el Hospital AEK de Budapest, tras la operación realizada para atenuar las lesiones en su cabeza. Massa está en coma farmacológico en la sala de terapia intensiva de ese hospital, al que llegó tras el espectacular e insólito accidente sufrido en la tanda clasificatoria del Gran Premio de Hungría, cuando un resorte de acero (pesa unos 800 gramos) desprendido de la rueda trasera izquierda del Brawn de Rubens Barrichello impactó en la parte izquierda de su casco cuando giraba a 200 Km./h. Esto provocó el descontrol de la Ferrari, que siguió derecho e impactó de frente contra la pila de neumáticos.

Atendido inicialmente en la clínica del circuito, Massa fue derivado en helicóptero al Hospital AEK, distante unos 20 Km. del circuito. Según algunas versiones había recuperado el conocimiento, aunque pocos minutos más tarde se informó que presentaba un traumatismo de cráneo, fractura ósea orbital del ojo izquierdo y un corte en la ceja izquierda. Estas lesiones obligaron a un operación que fue considerada exitosa. Sin embargo, el neurólogo Peter Baszo, uno de los profesionales que participaron en la intervención, no quiso responder a las consultas sobre si la vida de Massa corría peligro o si el accidente podría traerle secuelas. Si, confirmó que no habrá consecuencias para el ojo, pero en contrapartida barajó la posibilidad que Massa "pueda sufrir pequeños daños cerebrales", aunque esto lo condicionó a lo que pase en las próximas horas. "No podemos decir lo que ocurrirá en su cerebro, debemos ver cómo pasa la noche y ver la evolución", agregó.

Más optimistas fueron las versiones de Dino Altman, médico personal de Massa, y Luca Colaianni, vocero de Ferrari. "Hay signos positivos", dijo Altman, mientrasque Colaianni tranquilizó con un "se encuentra estable", versiones desalentadoras sobre el estado del subcampeón mundial.

El accidente conmocionó a los pilotos pero mucho más a una mujer que lo vio por televisión en su casa de San Pablo. Fue Raffaela Massa, esposa de Felipe, que ya viajó para Hungría junto a los padres de Massa. Raffaela está embarazada de su primer hijo que nacerá en noviembre y que ya tiene el nombre de su padre. El mismo que ahora lucha por su vida.